Así como Moisés pasó el “manto” de su ministerio a Josué, Elias pasará también el “manto” de su ministerio profético a su sucesor Eliseo. Eliseo se pregunta si será capaz de cumplir su misión divina. Como un hijo que recurre a su padre en dificultad, Eliseo acude a Elías y le pide una doble porción de su espíritu de cara a la tormenta está por venir en su vida.