Vimos cómo el pecado de David fue una oportunidad para crecer en su amor por el Señor, pues “su corazón nunca se apartó del Señor”. Ahora contemplaremos el pecado de Salomón, que a diferencia de David, su corazón se apartó del Señor. Tenía un “corazón gitano”. Un corazón que poco a poco fue apegándose a ídolos, de manera sutil, casi sin darse cuenta, hasta llegar a una profunda corrupción de corazón.