Ahora contemplamos el pecado encarnado en las raíces más profundas del corazón humano. Veremos la relación compleja entre el hombre y la tierra, entre el hombre y Dios, y entre dos hermanos que intentan responder a Dios. Caín y Abel, los primeros dos sacerdotes que, ofrecen a Dios su sacrificio. Uno ofrece lo mejor que tiene, el otro ofrece lo que le sobra. Descubrimos los efectos de cultivar rencor en el corazón y la indiferencia que podemos llegar a sentir ante la pregunta: “¿Dónde está tu hermano?”
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