El tiempo se está acabando para el Reino del Norte. Dios, con mucha insistencia, amor y coraje llama a su Pueblo a dejar su idolatría. Vemos como el ciclo de corrupción no ha sido arrancado y sólo sigue empeorando. Dios manda un profeta, Oseas, para llamar y recordar al Pueblo de Israel su alianza de amor.