“Desierto” es una palabra muy importante en la Biblia, es un “ser despojado”. Después de la idolatría del “becerro de oro”, el Señor conduce al pueblo de Israel al desierto durante 40 años. Entramos ahora en el libro de Números. Veremos aquí algunas lecciones que Dios quiere que aprendamos en nuestro propio desierto para que sepamos buscarle sólo a Él y no nos contentemos con ídolos que no pueden ofrecernos la plenitud que buscamos.