Inocencia Soy polvo que anhela y respira Soy alma que anda y suspira Eres Papá, y en tu sueño solo Sueñas y extrañas a tu niño. Si Dios pudiera dormir, soñaría En mí; somos sueños encarnados. Con amor me pusiste en el jardín; Soy arcilla ardiente que contigo Camina, habla, y sonríe. Donde estás tú; allí hay paraíso. Terriblemente libre me hiciste, Es mi única cerca; que me acerca A ti, mi Papá. Libre y desnudo En tu presencia danzaba como niño. Inocente era, no ignorante; ¿Cómo podría olvidarte, Al Padre que con gloria me reviste? Refrán No sé cómo vestirme, revísteme tú Me dicen que, para agradarte Necesito cubrirme con arte; Máscaras y apariencias Me dejan solo, y más vacías. Busco los aplausos para llenar Ese silencio en mi interior; Pero sé que por cuanto me cambio; Por cuanto me cubro, descubro Que ni la ley ni el pecado Me pueden vestir como Tú. No importa lo que me ponga, No se siente bien, si no eres Tú. No sé cómo vestirme, revísteme Tú.
Caída Quería ser como tú, mi Papá Fuerte, generoso, y libre. Afirmado por tu mirada, Me sentí seguro en tus brazos. Me dijo la serpiente que yo era Ciego, tonto, y esclavo. “Serás como Dios, serás Como tu papá: libre.” Que solo hacía falta liberarme, Irme de casa para hacerme hombre. Y Tú, con una sola pregunta Me hiciste pedazos; “¿Mi hijo, dónde estás?” Yo que me escondía detrás De hojas, ahogado en mi culpa. De todos me puedo esconder, Pero de ti, Papá, jamás. Refrán Restauración Tú pudiste haberme dejado En la calle, frío y tirado Yo me escogí a mí mismo, Yo solo quise ser un ídolo. Desde lejos y desde dentro Me gritaste y susurraste: “Tú eres mi icono e imagen; Tu mereces solo mi Amor. Si supieras cuánto te amo, Que muero por ti, mi amor.” Desnudo regresé a casa, Con sed y hambre de Ti. Esperaba ser tu esclavo, Era lo que merecía. Pero solo me abrazaste Trayendo tu vestido; Tu hijo me llamaste. Gracias Padre, soy tu hijo Y como tu Hijo me has revestido.