Dios suscitará un hombre según su corazón, figura real y mesiánica, hombre de cantos y grandes amores: el joven David. David, en su juventud, pone su vida en manos de Dios, es un pastor con un gran corazón y pasión por la vida. Con paciencia y discernimiento, se deja guiar por senderos a veces tortuosos pero siempre de la mano del Señor. Es en el corazón donde tomamos las decisiones más importantes.