Con la llegada del pueblo de Israel en Egipto comienza un largo periodo de esclavitud y opresión para el pueblo. Pero Dios, que siempre ha apostado por la libertad, hace surgir entre ellos un libertador. Moisés será una figura muy importante para nuestra historia, será un intercesor profundamente incomprendido. Un hombre que, como él mismo dirá: “no sabe hablar en público”. Y sin embargo, nuevamente Dios “escoge a los sencillos para confundir a los sabios” (1 Cor 1, 27). Porque Dios no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos.